martes, 23 de mayo de 2017

Biografía de Gabriel René Moreno

Infancia y juventud

Una mirada azul y profunda compite con el cielo más puro de América el  7 de Noviembre de 1836, son los ojos del más preclaro hijo de esta tierra morena: Gabriel René Moreno del Rivero. Sus padres el abogado Dr. Gabriel José Moreno y Doña Sinforosa del Rivero le llevaron a la pila bautismal el 1 de Mayo de 1837, el Canónigo José Vicente Durán le impuso los santos óleos y sus padrinos Don Benigno Frías y su esposa Doña Guadalupe Vaca, quedaron de por vida comprometidos ante Dios y los hombres cuidar al precioso vástago. Su partida bautismal ha pasado a la historia, porque hay dos con el mismo nombre, ya que lleva el mismo de su hermano fallecido y dice:”En el año del Señor de 1837, en esta ciudad de San Lorenzo de la Barranca Santa cruz de la Sierra….”

Gabriel René fue el último hijo del Dr. Gabriel José, que en una unión anterior había procreado ocho y con Doña Sinforosa cuatro: Clemencia, Corina, Arístides y él.  Desde muy niño tuvo contacto con los libros de la gran biblioteca de su padre.

Se destacó en sus estudios primarios en el Colegio “Seminario” y a los catorce años fue llevado a Sucre a proseguir sus estudios en el Colegio “Junín”. A esta edad el amor juvenil tocó a sus puertas, haciéndole suspirar unos ojos negros y profundos de una dama de su misma clase social.




Sus viajes


Gabriel René fue un hombre pobre económicamente y los viajes que realizó los hizo con ayuda primero de su padre y luego de amigos muy pudientes.

En Sucre el tañer de las campanas le acompañaría toda la vida. Profundo amor por la ciudad blanca, los rojos tejados de Cochabamba, la histórica Potosí, el embrujo  del Beni, la inolvidable Valparaíso, la inagotable Santiago, la bronceada Antofagasta, la encantadora Lima, la magia de Río de Janeiro, la laboriosa Buenos Aires, la  luz de París y el incomparable Londres, al lado del magnate boliviano Aniceto Arce.

De cada una de ellas, obtuvo el máximo provecho, ya que su infatigable tarea recopiladora e investigadora, haría del tiempo un verdadero placer en la Historia.



Su vida en Chile


La meca de la cultura en ese entonces estaba en su esplendor en Chile, la tierra mapocha le abre los brazos con cálida acogida.

El Obispo de la Serena Ilustrísimo señor Don José Manuel Orrego le inscribe en el mejor colegio de San Luis, titulándose con honores.

Luego pasa  a la Universidad, culminando el sueño de su padre que lo veía como Abogado, su examen fue brillante ante los miembros de la Excelentísima Corte de Justicia, profesión que nunca ejerció.

Los momentos de paz y alegría los encontró en la campiña, los altos círculos culturales y  amistades que compartían la misma pasión: los libros.



Sus estudios y profesiones


1.      Polígrafo.
2.      Bibliógrafo.
3.      Archivista.
4.      Sociólogo.
5.      Politólogo.
6.      Abogado.
7.      Historiador.
8.      Ensayista.         
9.      Literato.
10.  Maestro.
11.  Catedrático.
12.  Columnista.
13.  Diplomático

                            Creador de la ciencia  de Bibliotecología en Chile
                           Hablaba perfectamente el latín, francés y el inglés



Sus trabajos

La pobreza fue un fantasma que acechó constantemente al brillante intelectual cruceño, quien estaba orgulloso de ser cruceño-boliviano, sin embargo esta limitación no era suficiente para cortar las alas de su  inspiración.

Su primer trabajo lo desarrolla como suplente de profesor de Historia de la edad Media y Moderna, por enfermedad del titular el Maestro Abdón Cifuentes. Sus alumnos quedan maravillados ante la sabiduría de su joven profesor.

Luego es nombrado profesor interino de Literatura, porque el maestro Miguel Luís Amunátegui había sido convocado a ocupar el cargo de Ministro de estado. Aquí Gabriel René Moreno despliega sus alas de escritor y diseña el texto de Literatura Perceptiva.

A la muerte intempestiva de Miguel Luís Amunátegui, Gabriel René Moreno ingresa a la inmortalidad de la pedagogía, quedándose como titular de la materia de Literatura y a la vez ocupa interinamente  la cátedra de Historia de América y de Chile. Acumula ocho horas de Castellano a la semana, haciendo de la enseñanza un altar.

Es nombrado bibliotecario de la principal Biblioteca por renuncia de Amador Rodríguez.



Sus amigos

Conocedor  de la grandiosidad del alma, Gabriel René Moreno se rodeó de grandes amigos y figuras prominentes de Chile, quienes compartían con él la misma pasión por los libros, la Historia y la investigación, entre los que se puede citar:
1.    Andrés Bello
2.    Alejandro Fuensalida Gardón
3.    Enrique Barrenechea
4.    Juan Enrique O’Ryan
5.    Luís Ignacio Silva
6.    Enrique Torres Saldamando
7.    Luís Montt
8.    Domingo Amunátegui Salas
9.    Miguel Luís Amunátegui
10. Gregorio Víctor Amunátegui
11. Diego Barros Arana
12. Benjamín Vicuña Makkena
13. Ramón Briceño
14. José Toribio Medina
15. Pedro Lautero Ferrer



Sus obras

Su mente brillante y erudita, inquieta y comprometida, jamás olvidó a su patria, por ello todo el tiempo buscó el lienzo de la investigación para plasmar la Historia boliviana, así produjo:

1.    Poetas bolivianos. Biografía de Néstor Galindo y Daniel Calvo (1868)
2.    Biblioteca Boliviana. Catálogo de la sección de libros y Folletos ( 1879)
3.    Anales de la Prensa Boliviana. Matanza de Yánez ( 1861-1862)
4.    Biblioteca Boliviana Catálogo del Archivo de Mojos y Chiquitos ( 1888)
5.    Elementos de la Literatura Perceptiva (1891)
6.    Biblioteca Peruana. Apuntes para un Catálogo de Libros y Folletos (1896-
    1897)
7.    Últimos días en el Alto Perú y documentos inéditos de 1808-1809 (1900)
8.    Bolivia y Argentina. Notas Biográficas y Bibliográficas (1901)
9.    La Mita en Potosí en 1795
10. Hilarión Daza y las bases chilenas de 1879
11. El General Ballivián
12. Nicomedes Antelo
13. Estudios de la Literatura Boliviana
14. Introducción al estudio de los poetas bolivianos



Su pasión: La bibliotecología


Se descubrió desde muy niño, porque su padre le aplicaba castigos de ordenar su biblioteca y para Gabriel René esto significaba el mayor placer. Descendía de familia de alta alcurnia, se cuenta que su tío Marianito Moreno, apuesto y gallardo, para no contagiarse del pueblo plebeyo, se refugió en su hermosa hacienda del Urubó y sólo salía a la ciudad el Viernes Santo, vestido en traje típico español.

Otro tío decidió evangelizar en Moxos. Su tatarabuelo materno  Don Gabriel de Vargas, pasó sus vidas en acciones filantrópicas, piadosas e improductivas y no descansó hasta  dejar fundidas las primeras campanas de la Catedral.

Se cree que descendía en línea directa del Capitán extremeño Ñuflo de Cháves

Estos antecedentes genealógicos  y  fruto de su entorno familiar hacen  comprender que la pasión de Gabriel René por la bibliotecología fuera tomada muy en serio e hiciera de ella un santuario de la investigación.



Dos grandes en Chile


La tierra araucana fusionada en el alma y sangre de Andrés Bello, se encuentra con la tierra morena incrustada en el pecho de Gabriel René Moreno.

La tierra mapocha les brinda la oportunidad de desplegar todo el grado de sabiduría de estos dos titanes de las letras.

Andrés Bello funda la Universidad y es su Primer Rector y Gabriel René Moreno es el primer Bibliotecario.

El encuentro de estas dos almas gemelas hace refulgir en Chile las luces  del saber. El caraqueño acepta la nacionalidad chilena, mientras que Moreno prefiere mantenerse boliviano; pero muy agradecido.

Gabriel René Moreno dejará su nombre plasmado en la Biblioteca principal de la Universidad y su legado bibliotecológico será de tanta importancia que hasta el día de hoy se siguen sus lineamientos de catalogación.



Los Archivos de Moxos y Chiquitos


La magia del mundo de El Dorado atrapa al joven cruceño y hace que busque otros horizontes inexplorados. Es así que llega al Beni y un panorama pintado de verde, con melodía venida desde las entrañas, le habla con voces de selva virgen.

El Archivo de Moxos y Chiquitos, prácticamente abandonado en las Oficinas  Reales de La Plata, en un cuarto oscuro y húmedo, debajo de unas escaleras, hace que Gabriel René Moreno solicite tan preciado tesoro y como nadie le daba valor alguno le fue entregado sin mayor trámite.

A lomo de mula los transportó hasta el Puerto boliviano de Antofagasta. En barco hasta Valparaíso y en ferrocarril hasta Santiago.

Así comienza la verdadera recopilación de valiosísimos documentos que a la postre serían fundamentales para nuestra Historia. Moreno hace una recopilación por orden alfabético de todos los pueblos y como ninguno los describe con su magnífica pluma de hombre queredón de la tierra.




Sus artículos


Su eterna compañera: la pobreza, hacía que Gabriel René Moreno escribiera en papeles sueltos que a la postre eran publicados en revistas de la época, que daban acogida a Gabriel René por considerarlo un magnífico articulista.

Con sesuda inteligencia, profundidad  en sus apreciaciones, con la palabra justa y elegante, vertía sus opiniones, haciendo que la clase intelectual chilena, argentina y peruana adquiriera las revistas para coleccionarlas, por el valioso aporte a  la política, a la literatura,  a la historia, a la sociología, a los personajes  más destacados de la  época, como “Antonio José de Sucre”, por quien tenía gran admiración. “Josefa Mujía” la poetisa ciega, “Daniel Calvo”, su maestro de francés en Sucre. “Manuel Tovar” Ensayos sobre “Límites entre Bolivia y la República Argentina.

Las revistas más renombradas  se disputaban por tener en sus páginas a tan insigne boliviano, como: Revista “La estrella de Chile”, Revista de Buenos Aires. “Lamartine” de Chile,  “Crónica literaria de Santiago.

“La mita en Potosí en 1795” nació en una Revista Chilena.



Su estilo literario


Gabriel René Moreno tenía un fuerte acento andaluz y algo gallega. Su lenguaje muy puro, influenciado por la lectura de los cásicos españoles hacía a veces no ser comprensible para el vulgo. Algunos lo encontraban amanerado.

Sus escritos pulcros y varias veces corregido, denotaba su alta entrega al trabajo ya que los consideraba dirigidos a un público especializado en Historia y Literatura; pero sobre todo para la posteridad.

Muy cuidadoso al escribir, de elegantísima composición. Una característica  en él es que jamás denigró a personalidad alguna y cuando hubo de expresarse en crítica ceñuda hacia algún escritor de su época, jamás le lastimó, sino que en el idioma de Cervantes, con trazos veloces y certeros, pintaba un panorama que hasta el propio criticado, quedaba convencido de que su sustento no tenía el valor puesto por él.

Su gracia y profundidad, hicieron de los escritos de Moreno una verdadera joya literaria, aunque nunca escribió poesías.




La Guerra del Pacífico


Negros nubarrones entorpecerían su vida en Chile, tierra que amaba profundamente por haberle acogido con inigualable cariño. A punto estaba de publicar su primera obra de carácter bibliográfica “Biblioteca Boliviana” cuando la guerra estalla con todo su dolor.

Gabriel René está en una encrucijada, por un lado su corazón le demanda gratitud a Chile y por el otro el amor a su Patria Bolivia. Entonces decide auto desterrarse en Buenos Aires. Pero los hilos del destino se tejen y le colocan en un lugar jamás sospechado por Moreno: la carrera diplomática.

El presidente boliviano Hilarión Daza  le encomendó  tareas de intermediación para superar el conflicto. Moreno no se rehusó porque era conocedor de los altos círculos políticos chilenos y también conocía  las deficiencias de las tropas bolivianas. Su trabajo fue brillante; pero Daza no cumplió con sus promesas y dejó en situación muy delicada a Gabriel René, quien fiel al encargo patriótico siguió hasta el final. La pérdida del Litoral le fue culpada por varios políticos bolivianos, quienes promovieron un juicio en Sucre. Moreno se presentó sereno y seguro, demostrando su inocencia, pues tan sólo cumplió las órdenes dadas por su Presidente. Declarado inocente, retornó a Chile profundamente amargado por el trato recibido.



Su contribución a la cultura latinoamericana

Toda América Latina se benefició con la obra moreniana, porque es la figura más representativa del Realismo.

Aportó de una manera asombrosa a la técnica y desarrollo científico de la bibliografía

La creación del Archivo Nacional, donde desplegó sus saberes en la recopilación conservación ordenada y clasificación de los documentos correspondiente a los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Gabriel René sobresale como historiador y escritor crítico. Es el primer Archivista.

Creó la ficha de primera producción, tenía riqueza, variedad, extensión y profundidad, fue muy difundida en Chile, Argentina y  Perú.  Sin embargo en Bolivia fue muy poco considerada.

Gracias a su contribución Chile fue en pionero en bibliotecología, porque ningún país tenía tan bien organizadas las bibliotecas de las universidades. El camino abierto por Gabriel René fue seguido por historiadores, bibliógrafos, genealogistas de su época



Su enfermedad y muerte

Los años no pasaron en vano y la humanidad venerable del brillante cruceño iba cada día acentuando los achaques propios de la edad. Su hermana Clemencia tras enviudar había ido a Chile a hacerle compañía,  solícita y amorosa le atendía hasta en los más mínimos detalles.

La glándula prostática le producía grandes malestares y el médico habíale recomendado operación inmediata. El 24 de Abril de 1908 partió de Santiago a Valparaíso. Los 25 distinguidos facultativos en junta de médicos auscultaron a tan ilustre enfermo, el domingo 26 fue internado en el Hospital Alemán, el 27 guardó reposo y fue preparado para la intervención. El martes 28 la operación se realizó con todo éxito; pero un ataque inesperado al finalizar la tarde puso a Gabriel René en estado de coma.

A las doce de la noche, en brazos de su angustiada hermana, lanzaba al aire un profundo suspiro, por donde se le escapa el alma. Los ojos profundos y azules se cerraban por última vez, para abrirse a la inmortalidad. Su cuerpo con 72 años, siete mese y veintiún días caía vencido ante la enfermedad.

Las autoridades y amigos lo solicitaron en Santiago para darle el último adiós, con todos los honores de cual él era digno. Sin embargo se cumplió su pedido reposar en Santa Cruz, donde actualmente está



“El Príncipe de las letras bolivianas”


Sólo habían transcurrido  treinta días del fallecimiento de Gabriel René, cuando en el periódico “El Mercurio” de Valparaíso, un sentido, profundo y doloroso adiós, nacía de la prodigiosa pluma del escritor chileno Don Gonzalo de Bulnes, amigo entrañable de Moreno.

“La partida del  insigne boliviano, que tan sólo con veintidós años ya había escrito importantes trabajos, señalaban claramente el nacimiento de un gigante de las letras bolivianas”

“Este boliviano ha honrado este suelo, al haber vivido la mayor parte de su vida entregado a la biblioteca más importante del país y deja una huella imborrable a su paso por aquí”

“El Príncipe de las letras bolivianas ha muerto……….pero su obra vive”.

Otros historiadores han coincidido en el título: “Príncipe de los escritos bolivianos”. “Mentor de la historiografía sudamericana”. “Creador de una obra inmortal”.




El nombre de nuestra Universidad

Un cruceño comprometido con su tierra, se batió solitario en desigual lucha en el Congreso Nacional, para lograr el cambio de nombre de la Universidad cruceña que hasta ese entonces se llamaba “Santo Tomás de Aquino”, puesto por el Primer Cancelario o Rector el Obispo Juan José Valdivia.

El Dr. Benigno Lara, fiel defensor de la obra de Moreno, sostenía que la Universidad debía llevar su nombre, en justo reconocimiento al aporte que Gabriel René aportó al país y era fruto de Santa Cruz.

Una voz disonante, agria y resentida se alzó en el recinto congresal, era el Diputado Franz Tamayo, que airadamente sostenía que Moreno había sido un traidor a la Patria, por lo que se oponía tenazmente a que se le dé ese honor. Lara, con elocuencia bien fundamentada, con voz firme y segura demostró el aporte latinoamericano de Moreno e hizo latir en todos los corazones, el sentimiento y la pasión que Moreno había demostrado por su país.

Uno a uno llegaron los votos de los congresistas afirmando la determinación del cambio de nombre de nuestra Universidad. Es así que por Ley de 9 de Septiembre de 1911, a los dos años, un mes y once días del fallecimiento de Gabriel René Moreno se hacía un reconocimiento justo al defensor de la heredad nacional.


Repatriación de sus restos
4 de enero de 1918

 El cielo gris y encapotado de lluvia cubre la mañana triste cuando los restos mortales de  Gabriel René vuelven a su tierra amada Santa Cruz, gracias a la intervención de su hermana Clemencia que le acompañó en sus últimos días, cumpliendo fielmente su pedido de reposar para siempre en su amado colegio Seminario, ya para entonces llamado Nacional Florida.

El cortejo fúnebre es presidido por todas las autoridades locales. El Director del Colegio dirige palabras profundas y emotivas hacia el destacado estudiante Moreno que un día iluminó las antiguas aulas. Al son de las sagradas notas del Himno Nacional sus restos son depositados en la cripta construida al centro del patio principal, con el mástil donde se iza la bandera. El profundo silencio es el testigo del dolor que embarga a los presentes. Ahí reposarán hasta 1986, fecha en son trasladados al Campus Universitario

En el 2008, cuando se conmemoraba los 100 años de su fallecimiento, los restos son trasladados al Museo de Historia, a una sala especial donde se guardan y exhiben todos sus efectos personales, muy cerca de la casa donde él nació.

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